Casa rural Los Pinos

Los Pinos es una pequeña casa de piedra natural para dos a poca distancia del popular Mercadillo Puntagorda.

Se recomienda alquilar un coche, aunque se puede llegar a pie al hermoso centro de Puntagorda y, por lo tanto, ser independiente del coche durante las vacaciones en lo que respecta a las visitas a bares y restaurantes.

Las rutas de senderismo comienzan justo en la puerta y recorren muchos kilómetros por esta zona de fantástica belleza.

La casa no es muy grande, con un dormitorio, un cuarto de baño en suite y un salón/comedor y cocina combinados de poco menos de 60 metros cuadrados, pero la disposición de las habitaciones y la hermosa zona exterior, que sirve de "espacio vital" adicional durante casi todo el año, crean una agradable sensación de amplitud. 

Los Pinos toma su nombre de los preciosos pinos (pino canario), en parte muy viejos, que hay repartidos por el jardín y que se integran perfectamente en el entorno.
El lugar es un marco natural perfecto y un fantástico destino de vacaciones para quienes deseen disfrutar de tranquilidad y aire puro en medio de un paisaje auténtico.
"Aquí es imposible no desconectar", me dijo un huésped... ¡y eso lo explica todo!

Por lo demás, la casa de vacaciones Los Pinos se caracteriza por una buena recepción de Internet, una cama muy cómoda y armarios de cocina bien equipados. La moderna ducha también forma parte de la relajación.

El jardín ofrece varias terrazas y zonas para sentarse, lugares para tomar el sol, un lugar para hacer barbacoas y una pequeña piscina moderna con un aspecto divertido y estupendas vistas al mar.

Ubicación:
A sólo 400 metros por encima de la propiedad se encuentra el "Mercadillo", el mercado semanal de Puntagorda, que es popular entre los lugareños y turistas por igual los fines de semana.
Ubicados en un edificio de gran interés arquitectónico, los comerciantes/agricultores locales no sólo le tientan con las frutas y verduras más sabrosas de la isla (¡de verdad!), sino también con bollería y productos de panadería frescos (por ejemplo, pasteles, productos integrales), especias, especialidades palmeras como el licor de plátano o el queso de cabra. También hay puestos con magníficas artesanías hechas con materiales locales, desde cuero a madera, desde PVC reciclado a alambre.
En resumen: a la gente le gusta pasar aquí unas horas los fines de semana, a menudo suena música en la explanada y la cola en el puesto de guarapo, la popular bebida hecha a base de caña de azúcar, fruta y, opcionalmente, aguardiente, es visita obligada para todos los entendidos y los que quieren llegar a serlo.

Desde la casa de vacaciones Los Pinos, el camino sube a pie, pasando por altos pinos y fragantes naranjos y, aunque realmente no está tan lejos, no se oye el ajetreo del mercado en su propia propiedad.